- Castro do Monte ou Illobre (Pontellas/Illobre).
- Castro de Xan Rozo (Requián/Graña).
- Castro de Graña (Requián).
- Castro de Untia (Betanzos).
- Castro de Obre (Betanzos/Paderne).
Los habitantes de San Martiño de Tiobre, actualmente conocido como Betanzos o Vello, se trasladaron al castro de Untia. La ciudad comienza a construírse en el punto más alto, donde actualmente se ubica la Plaza de la Cosntitución, en el año 1219.
En un principio Betanzos se extendía hasta el primer recinto amurallado (calles de O Castro, Santiago, Lanzós y Ferreiros), los patios y huertas finalizaban en un muro que con el tiempo se transformarían en calle. El segundo recinto se abrió por los siglos XIV-XV. Cuatro puertas y un postigo, que datan del siglo XV, daban acceso a la ciudad.
El rey Enrique IV le concedió el título de ciudad, en 1465, y le permitió en 1467 la celebración de una feria franca anual. Años más tarde los Reyes Católicos designan a Betanzos capital de provincia. La ciudad fue acreedora de numerosos privilegios reales concedidos por varios reyes. Los siglos XV y XVI fueron los de mayor esplendor para Betanzos, por esta razón las principales familias gallegas tenían casa en esta ciudad, lo cual motivo que a Betanzos se le denominara Ciudad de los Caballeros.
Una serie de incendios y de malas cosechas suponen el decaemiento de la ciudad, y la provincia de Betanzos se integra en la de A Coruña.
El puerto de Betanzos tuvo gran importancia entre los gallegos, lo cual produjo conflictos con el de A Coruña. Como el pleito de la Sal, que Alfonso X resolvió a favor de A Coruña, o como el comercio de vinos, cereales y maderas que obligó a Alfonso XI a presentarse personalmente para resolver el problema, esta vez a favor de los betanzeiros y, finalmente Pedro I favoreció a A Coruña.
En el siglo XVII surgen los balcones, los soportales y se abren ventanas en los muros que con anterioridad eran macizos; también se realizan otras obras dentro y fuera de la ciudad como: el convento de Santo Domingo, la iglesia de las Angustias...
A mediados del siglo XIX se realizan reformas en la plaza del Campo, se trae desde Francia una fuente de hierro representando a "Diana cazadora" y se coloca en un lugar céntrico de la plaza. Se amplia la ciudad, abriéndose nuevas calles fuera del recinto medieval. En esta etapa los "indianos", los hermanos Juan y Jesús García Naveira, patrocinan obras de carácter social.
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